cuando el cuerpo y la mente absorben el estrés de la sociedad

Cuando el Cuerpo y la Mente Absorben el Estrés de la Sociedad

¿Alguna vez has sentido que los problemas constantes en el trabajo, el dinero o la familia se «materializan» en un dolor de espalda, un problema estomacal o un agotamiento profundo?

Esta conexión no es una casualidad. Es una realidad biológica. El médico Gabor Maté y el epidemiólogo Michael Marmot han dedicado sus carreras a demostrar, desde ángulos complementarios, que la salud individual es inseparable de la salud social.

Sus trabajos revelan una verdad incómoda: muchas de las enfermedades físicas y mentales que tratamos como «fallas personales» son, en realidad, síntomas de un malestar colectivo. Son la forma en que el cuerpo y la mente gritan lo que la sociedad calla.

Gabor Maté: Las Heridas de la Infancia y la Búsqueda de Alivio

las heridas de la infancia y la búsqueda de alivio

Maté, desde su experiencia en el cuidado de pacientes con adicciones severas, desarrolló una tesis radical: la pregunta correcta no es «¿Qué te pasa?», sino «¿Qué te pasó?».

  • La Tesis Central: Una amplia gama de dolencias –desde las adicciones y el TDAH hasta las enfermedades autoinmunes– tienen sus raíces en el trauma del desarrollo y el estrés crónico. La falta de apego seguro, la represión emocional y la desconexión en la infancia generan una vulnerabilidad biológica para la enfermedad posterior.
  • El Mecanismo: El trauma y el estrés crónico impactan el desarrollo cerebral, alterando sistemas clave para el control de impulsos, la regulación emocional y los circuitos de recompensa. La adicción (a sustancias, al trabajo, a comprar, a las pantallas) no es un vicio, sino un intento desesperado de aliviar un dolor psicológico insoportable.
  • La Conexión Social: Maté argumenta que la cultura moderna, que prioriza el éxito material y la productividad sobre la conexión humana, es un caldo de cultivo para este trauma. La alienación y la desconexión no son fallas individuales, sino productos sociales.

Michael Marmot: El Estatus Social como Determinante de Salud

el estatus social como determinante de salud

Marmot, por su parte, aporta los datos masivos que confirman esta teoría a escala poblacional. Su famoso Estudio Whitehall estudió a 18,000 funcionarios británicos, todos con empleo estable y acceso a la salud. ¿La variable? Su rango jerárquico.

  • El Hallazgo Contundente: Encontró un «rango social de la salud». A menor rango, peor salud y menor esperanza de vida. Los empleados de menor nivel tenían cuatro veces más probabilidades de morir de un problema cardíaco que los de alto rango.
  • La Causa no es el Dinero, sino el Control: Marmot identificó que el factor más dañino no es la pobreza absoluta, sino el «estrés del bajo control». Es decir, tener un trabajo o una vida donde se tiene poca autonomía, bajo apoyo social y un desequilibrio entre el esfuerzo y la recompensa.
  • El Mecanismo Biológico: Este estrés crónico activa constantemente el sistema de «lucha o huida», liberando hormonas como el cortisol. Con el tiempo, esto debilita el sistema inmunológico, aumenta la presión arterial y la inflamación, creando el terreno fértil para la enfermedad.

La Conexión: Un Círculo Vicioso entre lo Social y lo Biológico

la conexión un círculo vicioso entre lo social y lo biológico

Las perspectivas de Maté y Marmot no se contradicen; se completan formando un círculo vicioso (o virtuoso):

  1. Un entorno social estresante (desigualdad, falta de oportunidades, trabajos alienantes) genera estrés crónico en los individuos (Marmot).
  2. Este estrés, especialmente si comienza en la infancia o se vive desde una posición de baja autonomía, puede convertirse en trauma y dolor psicológico (Maté).
  3. El cuerpo, para sobrellevar este dolor, puede desarrollar enfermedades físicas (inflamación, problemas cardíacos) o buscar alivio en conductas adictivas (Maté).
  4. La enfermedad y la adicción, a su vez, profundizan la desventaja social y reducen aún más el control que la persona tiene sobre su vida, alimentando el ciclo (Marmot).

Ejemplo de la Vida Cotidiana

ejemplos de la vida diaria
  • Padre/Madre de familia: Sentirse atrapado entre la presión de trabajar largas horas para proveer (conexión con el sistema productivo) y la imposibilidad de estar presente emocionalmente con los hijos (desconexión de los vínculos afectivos). Esta es una alienación impuesta por estructuras laborales rígidas.
  • Obrero/Empleado: Beber alcohol todas las noches para «apagar» la frustración y el estrés de un trabajo repetitivo, alienante o poco valorado. No busca solo placer, busca anestesia.
  • Ama de casa/Estudiante: Usar redes sociales o videojuegos de forma compulsiva para escapar de sentimientos de soledad, inadequación o aburrimiento. Es una estrategia para llenar un vacío de conexión real.
  • Empresario: Ser adicto al trabajo (workaholism) para validar su autoestima a través del éxito externo, often a costa de su salud y sus relaciones. Es una adicción socialmente recompensada que esconde una desconexión interna.
  • Cualquier persona: Sentir que «algo falta» o un vacío a pesar de tener «todo lo que se supone que debería hacerte feliz» (casa, trabajo, auto). Esta es una señal de desconexión espiritual y comunitaria.

Conclusión: Políticas Públicas que Sanan o Enferman

políticas públicas que sanan o enferman

El mensaje conjunto de Maté y Marmot es claro: no podemos seguir medicalizando lo que es, en esencia, un problema social. Un enfoque de bienestar serio debe intervenir en las causas estructurales. Esto lleva a preguntas incómodas para cualquier gestión pública:

  1. ¿Autonomía o Control? ¿Las políticas laborales y económicas promueven empleos estables que otorguen autonomía y control a las personas (reduciendo el estrés dañino), o fomentan la precariedad y la inseguridad económica, que son toxinas para la salud pública?
  2. ¿Prevención o Remedio? ¿El sistema de salud invierte suficiente en prevención primaria y salud mental comunitaria, abordando las raíces del trauma y el estrés, o solo trata las enfermedades cuando ya se han manifestado físicamente?
  3. ¿Entornos Saludables o Entornos Tóxicos? ¿Las políticas urbanas, educativas y familiares priorizan la creación de entornos de apego seguro para los niños y comunidades cohesionadas para los adultos, o desmantelan el tejido social que es nuestro principal amortiguador contra el estrés?
  4. ¿Equidad o Gradiente? ¿Se implementan políticas decididas para aplanar el gradiente social de la salud? Es decir, ¿se mejora la salud de todos no solo llevando a los de abajo hacia arriba, sino mejorando las condiciones de vida y trabajo en cada escalón de la sociedad?

Las desigualdades en salud son injustas, evitables y remediables. No es una ley natural. Son el resultado de las políticas que elegimos como sociedad. Mejorar la salud de una población no es solo construir más hospitales, es crear empleos dignos, reducir la brecha de ingresos, mejorar la educación y diseñar ciudades más justas.

La verdadera política de bienestar es una política de salud pública preventiva que comienza por diseñar una sociedad menos estresante, más equitativa y conectada. La pregunta deja de ser «¿cómo curamos a más enfermos?» para convertirse en «¿cómo creamos una sociedad que enferme menos a la gente?«.

Te pregunto: En tu vida cotidiana, ¿has notado cómo el estrés laboral, económico o social se «somatiza» en tu salud o en la de alguien cercano? ¿Crees que esto es visto como un problema personal o como un asunto de salud pública? ¡Comparte tu reflexión!

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Próxima entrega: ¿Y si el desarrollo económico tradicional está midiendo todo mal? En la próxima entrada, exploraremos las críticas de Amartya Sen y Manfred Max-Neef, quienes redefinieron el progreso poniendo a las personas y sus libertades reales en el centro.

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